APONIENTE

El prestigioso Restaurante APONIENTE del Chef Ángel León exhibe en esta temporada la colección Moby Dick, The Dream of Captain Ahab de Esteban Ruiz. Dos expresiones artísticas fundidas en un mismo entorno.

Todas las obras, pinturas y dibujos, están a disposición de los clientes del restaurante. Para consultar las referencias de las obras y sus tarifas podéis enlazar en el PDF Tarifas/prices

Si estás interesado en la obra, puedes contactar con el taller de Esteban Ruiz cosoeditions@gmail.com o en el teléfono 00 34 673 764 547. Te facilitamos toda la información que necesites, la gestión y el envío en cualquier lugar que estés.

El descubrimiento del entorno marino, lleva al artista Esteban Ruiz a retornar al medio pictórico, abandonado varios años antes para el desarrollo de obra escultórica e instalaciones. Pinturas, puras pinturas repletas de formas y volúmenes, texturas y mar. Esta aproximación al mar que vivió durante la travesía en el Trache a Horzier (un velero de 14 metros), en el año 2005 entre las islas de Madeira y La Graciosa en Canarias, hizo que las impresiones que quedaron grabadas en su memoria y sus sensaciones fueran fielmente reflejadas en su primera colección.

Este fue su bautismo de fuego en el entorno marino. Un duro viaje que le cautivo de una manera muy profunda. Fue consciente de percibir colores que no había apreciado hasta entonces,, la fluorescencia del plancton en la espuma de las olas y la estela del barco, el misterioso y errante canto de las ballenas en la noche oceánica. Estos aspectos que le impresionaron fuertemente como creador, le hicieron cambiar drásticamente su lenguaje creativo y su manera de trabajar, abandonando su estética conceptual y adentrándose en una obra expresionista rica en color. Recientemente, ya en 2016, la relectura de Moby Dick de Melville y el descubrimiento de algunos logbook de barcos balleneros del siglo XIX y sus bellos grafismos, argumentaron su necesidad de sumergirse en esta nueva colección a la que hoy les invita. 

Aunque sus orígenes están en las tierras del interior andaluz, la relectura de la novela Moby Dick que ya leyó en su juventud y que cayó de nuevo en sus manos en una vieja librería anticuaria de la marinera ciudad de Cádiz, le hizo apreciar una lectura repleta de matices diferentes. Si en la ju- ventud fue un libro de aventuras, las que tanto le gustaban, como las de Stevenson, o Conrad, en esta ocasión, en la madurez, a la novela de Melville le encuentra otro significado, un sentido mas interior donde se reflejan los miedos del rumbo al que la vida va dirigiéndonos, una deriva que a veces se nos antoja errática y hace que nos creamos perdidos en la inmensidad del océano. Creándonos enemigos ficticios y miedos a nuestras propias obstinaciones que son capaces de destruirnos y destruir también lo que nos rodea y más amamos. Este es el argumento conceptual de esta colección. 

Formalmente, la contemplación de los cuadernos de bitácora de los balleneros del XIX, como ya he citado antes, le arrastran a unas estéticas cautivadoras como cantos de sirenas. De ahí esos colores de brea y bituminosos, ese aspecto descriptivo y de cartas de navegación, los universos de manchas de grasas y aceites junto con efectos de dripping que configuran unas atmósferas indefinidas, riquísimas y profundas que nos invitan a sumergirnos en cada cuadro. 

El escenario de la exposición es el mar, los cetáceos y el libro Moby Dick, planteada como una odisea donde van pasando los diferentes capítulos como una búsqueda de las formas, ritmos, cadencias y movimientos que nos invita a una relectura. 

Las telas y obras de una estética neta y clara, lo son también en su aspecto conceptual, ya que en ellos refleja sus sentimientos mas abrumadores, vivencias y miedos a través de un estudio en profundidad del entorno marino y el libro Moby Dick que ha marcado el rumbo a seguir a lo largo de esta intensa travesía. Es un trabajo en torno a una idea de la que luego desarrolla la obra, en dos dimensiones y con una gran carga simbólica. Son, asimismo, escenas impactantes que invitan a que se pueda tomar partido. Ha utilizado piezas óptimamente e intencionadamente explícitas, que no permiten la más mínima desviación en su comprensión, ellas por sí mismas lo dicen todo. 

Al entrar directamente y sin miedo en el análisis e interpretación de sus aspectos y personajes, se aboca a un lenguaje a través del trabajo intensivo de taller, cualitativamente figurativo, de madurez, bien fundamentado que refleja los resortes literarios e icónicos de la obra, la obstinación que te hace convertirte en tu propio enemigo, interpretados espontáneamente y sin miedos estéticos. 

Esta exposición ha sido un trabajo de transición, la aceptación de algo mucho más grande. Es un nuevo punto de partida hacia un cambio estético mayor, que puede mantenerse en el tiempo y que le permite mantenerse alerta, abordar y denunciar otros problemas, cuando quiera.